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sábado, 24 de mayo de 2014

FRANCISCO DE ROSA

Francisco de Rosa Rodríguez vive en el barrio Hoya San Juan en Arucas (Gran Canaria). En la trasera de su garaje tiene un taller que destaca por su limpieza y la ordenada colocación de maderas, maquinaria y herramientas. Tiene 47 años y es lutier (artesano dedicado a la fabricación de instrumentos musicales de cuerda), o, más exactamente, lo que en Canarias conocemos como “constructor de timples”. Sus timples de concierto, con un diseño evolucionado a partir de los populares y tradicionales camellitos (esos timples en los que el fondo de su caja presenta su peculiar forma abultada cual joroba de camello), están en manos de timplistas de la talla de José Antonio Ramos, Benito Cabrera o, quien no se separa de ellos, Domingo Rodríguez El Colorao. Parece que nos encontramos ante un constructor de dilatada trayectoria. Sin embargo, Francisco de Rosa sólo lleva siete años en la profesión, eso sí, con todo el ímpetu y la entrega que sólo un gran interés por la profesión puede generar.
“Aquí tengo las maderas separadas”, señala en su taller a las piezas cuidadosamente ordenadas y colocadas de distintas procedencias, “hay madera que data de bastante tiempo, que conseguí de carpinterías que están cerradas y hoy es muy difícil conseguir, como el palisandro”, dirige su mirada a unos tablones en el fondo del garaje que ya tienen más de 60 años. Él mima a estas maderas, procurando que lleven su adecuado tiempo de secado y controlando el grado de humedad.
Todo empezó porque se puso a coleccionar timples “y llega un momento en que la curiosidad te pica demasiado y dices ‘vamos a intentar hacer uno’. El problema era buscar quién te enseñara o te diera las primeras lecciones”. Y lo encontró en Bañaderos, Carlos Félix Suárez, “al cual estoy muy agradecido, estuve yendo a su casa muchos sábados de mucho tiempo y me enseñó lo que sabía”. Después llegaron los libros, incluso Internet, y otro lutier, esta vez en Lanzarote: Vicente Corujo, “con el que aprendí bastantes cosas”. A eso unió las semanas de muchas vacaciones para irse a la Península y trabajar con lutieres de guitarra. “También he estado con almacenistas de madera para tener conocimiento de lo que es el material con el que trabajo”

FRANCISCO FARIÑA

Entre los timplistas y luthiers, el nombre de Francisco Fariña se ha convertido en uno de los máximos referentes de las Islas. Su experiencia y dedicación le han llevado a ser maestro de muchos y creador de algunas de las mejores piezas que se han construido en los últimos años.

-¿Cuándo y cómo empezaste con el timple?
Hace 30 años que empecé con esto y todo fue porque mi padre tocaba el timple. Una vez compró un timple que le costó 1000 pesetas y estaba hecho, como decimos, de cajas de naranjas y yo le dije que yo le hacía un timple mejor que aquel. A través de eso empecé. En primer lugar, no sabía ni cómo doblar la madera, compraba un montón de maderas y se me partían, hasta que mi padre me dio una idea: meterlas en agua hirviendo. Así se doblan como mantequilla, pero se mojaba la madera.
-¿Aprendió mediante el ensayo y el error?
Sí. Autodidacta completamente.
-¿Qué maderas usa habitualmente?
Palosanto de la India, de Ecuador y de Madagascar; nogal canario; el arce; sapelli; el cedro, para los brazos; naranjero; nisperero...
-Usas bastantes maderas de frutales locales.
Sí. La gente ya me conoce y me avisa cuando hay.
-¿Qué otras maderas locales sueles usar?
Moral, nisperero, peral… casi todas son maderas frutales.
-A la hora de elaborar los timples, ¿lo sigue haciendo de modo artesanal o ha incorporado alguna nueva tecnología?
Bueno, al armar un timple lo tienes que hacer a mano. Ahora, cuando tienes que laminar la madera y todo eso sí, hay máquinas para eso, pero todo lo que es armarlo es hecho a mano.
-¿Y cuánto tarda en hacer un timple?
Si te digo la verdad, todavía no lo sé porque siempre termino 10, 12, 15, a veces 30… Ahora mismo estoy con unos 10 timples y ya llevo con ellos 20 días, en preparar la madera, hacer las tapas, todo. Ahora me faltarían unos 20 días más.
-¿Por cuántas fases pasa a la hora de elaborar un timple?
Creo que son, por lo menos, más de 15 fases. Primero se prepara toda la madera, después hay que armar o ensamblar, luego va el filete, redondear el brazo, el raspado, lijar, el trasteado, poner el puente, darle el fondo y lijarlo, pulirlo todo, darle el acabado, ponerle las cuerdas y ajustar todo.
-¿Qué modelos de timples fabricas?
El nombre no lo tengo puesto, pero fabricaré unos cinco modelos de timple.
-¿A parte del timple hace algún otro instrumento?
Sí. Guitarras, requintos, laudes, tres cubanos, cuatros venezolanos…
-¿Con qué timplistas has colaborado?
Con Pedro Izquierdo, Benito Cabrera, El “Colorao”, Juan Pablo (en la Perdoma),Josele.
-¿Vendes solo a particulares o distribuye a tiendas?
A particulares y a tiendas.
-¿Qué rango de precios tienes en los timples?

El más barato es de 250 euros, pero voy a hacer uno de 150 € y, a partir de ahí, hasta los 700 € para un timple de concierto electroacústico.